lunes, 10 de enero de 2011

Libro 3.2. "Oda a un ruiseñor" y "Oda a una urna griega" de Keats

1.Contexto histórico - literario
Keats es uno de los representantes de la poesía romántica inglesa.
El Romanticismo es un movimiento ideológico y cultural del siglo XIX caracterizado por la libertad artística. La Revolución Francesa (1789) sienta las bases de este movimiento con las ideas de libertad, igualdad y fraternidad.
-El liberalismo se convertirá en la gran doctrina del siglo XIX. Defiende la iniciativa privada: las personas deben ser libres para intervenir en el mercado. Busca también la ampliación del número de personas con derecho a voto.
- Aparece también una exaltación de los valores nacionales durante el Romanticismo.
- El Romanticismo se caracteriza por aspectos como la libertad artística, el rechazo de toda norma, la rebeldía, la evasión en el tiempo y en el espacio, el individualismo y subjetivismo, la presencia de una naturaleza que refleja los sentimientos del poeta …
- Dentro de la poesía romántica inglesa podemos diferenciar:
• Los poetas de los lagos. Aquí se encuentran:
- Wordsworth, con una poesía que se centra en el análisis del yo, la meditación solitaria y la emoción producida por la contemplación de la naturaleza.
- Coleridge, que destaca por su “Balada del viejo marinero”, que cuenta la historia de un marinero que fue castigado por matar a un albatros con la muerte de toda su tripulación.
• Poetas rebeldes o satánicos. A este grupo pertenecería Keats. También se encuentran:
- Lord Byron. Crea personajes marginados y rebeldes. Destaca su poema Caín, donde se critica la injusticia divina por elegir a Abel y no a Caín.
- Percy B. Shelley, que compuso Adonais, que es una elegía por la muerte de Keats, en la que hay una aceptación serena de la muerte.


2. Producción literaria de Keats
Keats pertenece al grupo de los poetas rebeldes o satánicos. El grupo fue llamado así porque sus componentes hicieron de su vida y su obra un acto de rebeldía contra la sociedad y moral de la época. Keats se caracteriza por su llamada “capacidad negativa”, que consiste en experimentar sensaciones misteriosas, dudas e incertidumbres, sin buscar el hecho y la razón.

Entre sus composiciones destaca “Endimión”, en la que el protagonista busca a su amada Diana (diosa de la luna). Endimión se enamora de una mujer terrenal, cometiendo así una especie de infidelidad hacia la diosa, si bien acaba por descubrir que la diosa y la mujer eran la misma persona.

También escribió “Hiperión”, que retrata la derrota de los Titanes y la llegada de los dioses Olímpicos.

Sin embargo, Keats va a destacar por sus odas. En ellas sobresale el tema de la naturaleza, que se considera un medio de expresión de los sentimientos del alma y del sentido trascendente de la vida. El contraste entre la eternidad de la belleza y la fugacidad de la vida humana se convierte en el tema central de sus odas.

“Oda a una urna griega”. Trata sobre el poder inmortalizador de la belleza, manifestado en las producciones artísticas que elaboraron los antiguos griegos. Hay un contraste entre las cenizas de los muertos que contienen las urnas y la estética inmortal de esas urnas. Así, el autor ensalza las figuras labradas sobre el mármol de las urnas: flautas que representan canciones inaudibles, el amado que nunca podrá besar a su amada pero que la amará para siempre pues siempre será hermosa, ramas que nunca perderán sus hojas, el sacrificio llevado a cabo por un sacerdote, varones y doncellas junto a hierbas y ramas… La belleza de estas representaciones contrasta con la vejez que consume al hombre y le hace mortal. La sentencia final del poema es clara: “la belleza es verdad y la verdad belleza”.

“Oda a un ruiseñor”. Confronta el sufrimiento humano con la inmortalidad del canto del ruiseñor. Todo ello expresado desde un estado de letargo, de sueño, que nos hace recordar al poema “Kubla Khan” de Coleridge. El autor no siente envidia del ruiseñor pero sí admite su dolor cuando observa el exceso de alegría que le infunde con su canto. Vemos aquí la relación paradójica entre el placer y el dolor. El poeta quiere huir de la angustia humana, de las canas, de la tristeza. Pretende conseguir el placer abandonando el tiempo presente para buscar la belleza, aquí representada por el canto del ruiseñor. Quiere el vino de Hipocrene para perderse en la floresta con su ruiseñor. Pero Baco no basta, al ruiseñor se va con las alas de la Poesía. Ese ruiseñor es tildado de inmortal, igual que su canción. Por tanto, aparece el contraste entre la belleza del arte y lo efímero de la condición humana. Pensar es caerse en la pena. Keats se sitúa, pues, otra vez en su fiel creencia: el ruiseñor, como la urna, son voces de la eternidad que buscan «arrancamos del pensar».

“Oda a Psique”. El poeta nos vuelve a presentar un ambiente pastoril en el que tiene lugar la relación entre Psique y Cupido. Keats nos hace reflexionar sobre el sufrimiento de los amantes, y su posterior unión en los cielos tras un periodo de dolor y separación en este mundo. El poeta establece, de este modo, que el sufrimiento en este mundo prepara al hombre para la eternidad.

“Oda al otoño”, en la que el otoño es visto no ya como estación de deterioro y muerte, sino como un instante de plena madurez y esplendor.

3. Contenido del fragmento y relacionarlo con la totalidad de la obra
Lo primero que hay que hacer es identificar el fragmento e intentar localizarlo.
Hay que explicar ese fragmento (puedes ayudarte del resumen de arriba).
Luego, señalas dónde aparece en el fragmento los temas principales del poema.
Posteriormente vas comentando cómo aparecen eso temas que has visto en el fragmento en el resto del poema. Puedes relacionar el poema también con el otro poema de Keats, e incluso con “Kubla Khan” de Coleridge.

Eternidad de la belleza
En ambos poemas destaca una idea principal, que es el contraste entre la inmortalidad de la belleza y la caducidad de la vida humana. En una oda esa belleza está representada por la urna griega y en la otra oda por el canto del ruiseñor.
En la “Oda a una urna griega” esa eternidad de la belleza se manifiesta en las representaciones de la urna. Señala de hecho que las historias que puede plasmar la urna son más dulces que sus propios versos. Indica que las flautas labradas tocan canciones más apreciadas por el espíritu que las que podemos escuchar. Consuela al joven que nunca podrá besar a su amada indicándole que siempre la amará, pues siempre será hermosa. Bendice a las ramas que nunca perderán sus hojas ni dirán adiós a la Primavera. Llama la atención sobre el sacrificio que va a realizar un sacerdote y un pueblo que se vacía de gentes y que siempre estará en silencio.
Hay finalmente un contraste entre la eternidad de la urna y la mortalidad humana, una contraposición entre la belleza inmortal del arte y la fugacidad de la vida humana. La urna sobrevivirá a las angustias humanas. De hecho, la propia urna dice al final: “la belleza es verdad y la verdad belleza.”

En la “Oda a un ruiseñor” la eternidad de la belleza se manifiesta en el canto del ruiseñor, al que no pueden afectar la decadencia ni la muerte. El canto se ensalza ya desde el principio cuando manifiesta que tanta felicidad sonora le duele, no por envidia sino por sobreabundancia de gozo. Como romántico, quiere alejarse del mundo y perderse con el ruiseñor por el bosque en penumbra y poder ver a la Luna en su trono rodeada de hadas estelares. El poeta quiere morir escuchando ese canto melodioso porque le haría apacible su muerte. La caducidad humana contrasta con la inmortalidad del ruiseñor, cuyo canto es escuchado desde los tiempos antiguos e incluso en tierras de leyenda ya olvidadas.

Naturaleza
- En ambos poemas aparece el tema de la naturaleza. En la “Oda a una urna griega” se habla de hojas floreadas, de los valles de la Arcadia, de ramas venturosas y de varones y doncellas labrados junto a hierbas y ramas.
- En la “Oda a un ruiseñor” la importancia de la naturaleza se manifiesta en los frondosos abedules donde se esconde el ruiseñor, en su deseo de beber el vino que conserva el sabor de praderas, o en el arroyo tranquilo donde se va diluyendo el canto del ruiseñor.
- El protagonismo de la naturaleza se da también en “Kubla Khan” de Coleridge.

Evasión romántica
En la “Oda a un ruiseñor” aparece el tema de la evasión romántica, ya que el poeta quiere alejarse del mundo, quiere huir de la fiebre, del hastío, de la angustia, de los gemidos de los hombres, de la juventud marchita, donde pensar significa tristeza y la Belleza pierde su esplendor.

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